Hace poco unas vecinas compraron un montón de arcilla para que le enseñara a ellas y a sus hijos cómo hacer figuras con arcilla. Esto ocurrió durante Semana Santa así que durante un par de días estuvimos practicando con este material similar al barro.

Una de ellas compró también unas gubias para este propósito, pero la verdad es que no las usé, salvo para dos cosas muy específicas de las piezas que iba a hacer.

Entre todos comenzamos a moldear distintos tipos de piezas básicas y otras más complicadas.

Mientras todos iban haciendo lo que yo les decía, yo comencé a moldear el cuerpo de una mujer, pues la anatomía es algo que siempre procuro enseñar a los que desean aprender a moldear cosas con arcilla...

Tenía bastante arcilla para hacer mi pieza, pues compraron demasiada. Por esto tomé suficiente e hice una pieza cilíndrica bastante alta para comenzar a moldear el cuerpo de esta mujer.

Con mucha paciencia y mucha agua comencé a hacer las formas básicas del torso, una suerte de triángulo que comenzó a tomar forma conforme iba apretando con fuerza la arcilla.

Este material no es fácil de trabajar, porque si no se usa suficiente agua esta se puede cuartear y pierde la forma lisa que debe tener.

Precisamente, conforme hacía las formas del torso y los propios senos, también trataba de crear una superficie lisa en el cuerpo. En este punto alargué la misma arcilla para el cuello.

Para los senos no usé más arcilla salvo la que ya tenía. Simplemente apreté más la arcilla alrededor del área donde quería que estuviesen los senos, así la arcilla se abultaba más en esa área y se comprimía más en la cintura, el área de las costillas y el abdomen.

Los gluteos y las piernas sí fueron un poco más difíciles de hacer porque debía cuidar de no dañar el pecho mientras hacía esta parte, así que me di cuenta de mi error.

Siempre acostumbro a hacer mis figuras desde la base(las piernas), hacia arriba (la cabeza). No sé por qué esta vez no lo hice, pero tuve que retirar la arcilla de la base de cartón donde la estaba haciendo para poder moldear esta área.

Dividí la arcilla en dos partes, para las piernas, luego las alargué y comencé a moldear los gluteos antes que las piernas, pues el grosor de las piernas debía ser proporcional al tamaño de los gluteos, sino se verían raros.

Como recordatorio, hay que usar mucha agua para lograr un correcto moldeado, sin agrietar la arcilla.

Fue con esto, con paciencia y humedad, que logré moldear los gluteos y las piernas hasta la forma deseada. Fíjense que la línea divisoria entre los glúteos debe ir a la par con la línea que sigue a la espalda.

Hacer estas formas enseña mucho sobre simetría, porque a pesar de que los cuerpos no son perfecto, sí hay que tener cierta simetría a la hora de moldear, para que se vea bien el cuerpo.

Después de tener lista la cintura y las piernas, la volví a colocar en la base de cartón y continué moldeando el torso. Debo aclarar que no estaba completamente lista la parte inferior, solo tenía una forma base para continuar moldeando y arreglando los detalles, solo que en una base fija de la cual no tendría que retirar a la escultura hasta terminar.

Fíjense a continuación como comencé los acabados en el torso, agregando más curvas tanto a los senos como al vientre, formas muy características de una mujer.

Hay que tener cierta habilidad, porque si no se sabe cómo alisar la superficie de la arcilla, se puede dañar la pieza muy fácilmente. Puedes apretar mucho el material o puede ser que no apliques demasiada fuerza, pero hay que hacerlo con equilibrio para lograr moldear la pieza de tal forma que no se dañe. Esto se gana con la experiencia.

Fíjense por ejemplo en estas dos imágenes, en la de la izquierda pueden ver la zona frontal de la figura antes de comenzar a alisar la superficie, agregando más curvas a la figura; a la derecha, pueden ver cómo quedó tras dar un mejor acabado a esta área.

Se ve el vientre más pronunciado, la línea en v entre el vientre y las piernas se aprecia claramente; además, la cintura se ve curba y un poco más ancha al llegar al área de las costillas.

Todos estos detalles hay que cuidarlos, pues se debe tener una imagen clara de la anatomía para poder plasmarlo en el material, repito, para que no se vea raro el cuerpo.

Ya en este punto, tras haber moldeado bastantes partes, tomé un palillo de altura y lo clavé por todo el torso de la figura, cuidando de no traspasar la superficie. Esto es con la intención de dar mayor soporte a la arcilla mientras se seca.

Una vez seca no necesita este soporte, pero por la delgadez de la cintura en comparación al ancho de los hombros, sí es recomendable ponerle un soporte para evitar que se doble o se encorve.

Ya estaba lista la figura, solo le quise agregar un último detalle, una pequeña concha marina que sirviera como cubierta para lo que sería la entrepierna.

Algo estético que recuerda a ciertas esculturas de tiempos antiguos, donde se reemplazó los genitales de algunas esculturas masculinas por hojas del mismo material.

De esta manera quedó terminada esta figura. No acostumbro a dar mayor acabado en esta etapa sino hasta que se seca, pero no es necesario porque solo era una pieza para practicar.

Tras la práctica, todas las piezas que hicimos las volvimos a dañar y las guardamos con la otra masa de arcilla, para seguir practicando otro día, pues no es del todo fácil encontrar más arcilla.

Sin embargo, aunque no se conserva la pieza completa, sí logré tomar fotografías del resultado final y son las que compartiré a continuación:

Bien amigos, esto ha sido todo por ahora. Espero que les haya gustado la publicación. Los invito a dejar sus comentarios abajo, como siempre estaré encantado de leerlos. Sin más que agregar, me despido entonces...